La Agencia Espacial estadounidense (NASA) lo llama un momento histórico: la primera vez que una nave espacial ha volado a través de la atmósfera exterior del Sol.
La hazaña fue lograda por la nave Parker Solar Probe, que se sumergió, por un momento, en una región alrededor de nuestra estrella que los científicos llaman corona.
Ocurrió en abril, pero el análisis de datos lo ha confirmado ahora.
La nave Parker tuvo que soportar el calor y la radiación intensa, pero reunió nuevos conocimientos sobre cómo funciona el Sol.
"Así como el aterrizaje en la Luna permitió a los científicos comprender cómo se formó, tocar el Sol es un paso gigantesco para la humanidad que nos ayuda a descubrir información crítica sobre nuestra estrella más cercana y su influencia en el Sistema Solar", dijo Nicola Fox, directora de la división de ciencia heliofísica de la NASA.
Parker Solar Probe es una de las misiones más audaces de la agencia.
Lanzada hace tres años, su objetivo es realizar pases repetidos y cada vez más cercanos al Sol.
La nave espacial se mueve a una velocidad colosal, a más de 500.000 km/h. La estrategia es entrar y salir rápido, haciendo mediciones del entorno solar con un conjunto de instrumentos desplegados detrás de un escudo térmico grueso.
El 28 de abril de este año, Parker cruzó lo que se denomina el límite crítico de Alfvén.
Este es el borde exterior de la corona. Es el punto donde el material solar que normalmente está unido al Sol por la gravedad y las fuerzas magnéticas se libera para fluir a través del espacio.
Parker encontró el límite a unos 13 millones de kilómetros por encima de la superficie visible, o fotosfera, del Sol.
Los datos de la sonda sugieren que en realidad pasó por encima y por debajo del límite tres veces distintas en el transcurso de cinco horas, según Stuart Bale de la Universidad de California en Berkeley.
"Vimos que las condiciones cambiaron por completo", dijo a los periodistas.
"Dentro de la corona, el campo magnético del Sol se hizo mucho más fuerte y dominó el movimiento de las partículas allí. Así que la nave espacial estaba rodeada de material que estaba realmente en contacto con el Sol".
Los investigadores están fascinados con la corona porque es donde tienen lugar algunos procesos clave que actualmente desafían cualquier explicación.
Uno es lo que parece ser un sobrecalentamiento contraintuitivo. La temperatura del Sol en su fotosfera es de aproximadamente 6.000 °C, pero dentro de la corona puede alcanzar un asombroso millón de grados o más.
También es dentro de esta región donde el flujo hacia afuera de partículas cargadas (electrones, protones e iones pesados) se acelera repentinamente hasta convertirse en un viento supersónico. Una vez más, el mecanismo es un rompecabezas.
"El problema es que las huellas de los procesos físicos que dan lugar al viento solar se borran con el viaje que hace el viento solar desde la corona solar a la Tierra y más allá", explica Nour Raouafi, del Laboratorio de Física Aplicada John Hopkins.
"Es la razón por la que Parker vuela a través de esta misteriosa región para decirnos qué está pasando allí".
El equipo científico de Parker recopilará muchos más datos a medida que la sonda se adentre cada vez más en la corona en futuros sobrevuelos del Sol. Debería llegar a 7 millones de kilómetros de la fotosfera en 2025.
Los datos de Parker, y los que provienen de otros observatorios solares, tienen relevancia directa para todos los que viven en la Tierra.
Los mayores estallidos del Sol pueden sacudir el campo magnético de nuestro planeta. En el proceso, las comunicaciones pueden interrumpirse, los satélites pueden quedar desconectados y las redes eléctricas serán vulnerables a las sobrecargas eléctricas.
Los científicos intentan pronosticar estas "tormentas" y Parker promete información nueva y valiosa para ayudarlos a hacerlo.
Los últimos resultados de la misión se presentan en la Reunión de Otoño de la Unión Geofísica Estadounidense en Nueva Orleans.